Adecuación del entorno del Castillo de Carchuna

alzado

El edificio presenta una gran unidad constructiva y estilística dada la corta vida del edificio (apenas 232 años) y pese a los diferentes usos que ha tenido a lo largo de esta: como prisión durante la guerra civil, como cuartel de la Guardia Civil y al intento de conversión a principios de la década de los ochenta del siglo pasado, en un centro de investigaciones marinas.

No hay pues etapas constructivas diferentes a la fundacional, aunque sí algunas intervenciones no muy acertadas, de escasa entidad y carentes de valor histórico, por lo que la intervención debe orientarse a la recuperación y conservación de los elementos originales conservados. Así mismo se ponen de manifiesto, sin reconstruir, aquellos elementos que se han perdido con el paso del tiempo y de los que tenemos constancia, como la caponera, que cubría la rampa de acceso a la batería ó el tambor, consistente en una pequeña plaza que protegía la entrada principal del edificio.

Las intervenciones en el castillo de Carchuna son respetuosas con la normativa legal vigente que le afecta como Bien de Interés Cultural (B.I.C.). Para la realización de las obras de restauración y conservación se han seguido las pautas de intervención que dicta la llamada “restauración científica.” Son una serie de teorías recientes basadas en la llamada “Carta de 1987 de Conservación y Restauración” coordinada por el arquitecto Paolo Marconi por encargo del C.N.R. y Ministerio de bienes Culturales italiano. Esto tiene una serie de ventajas como son la armonización de los elementos originales y los nuevos, solo diferenciables a corta distancia. 

El edificio se adapta bien al nuevo uso propuesto (Centro de Formación en energías Renovables): el planteamiento es utilizar las dos salas del lado Oeste como aulas teóricas. Son las correspondientes a las caballerizas y cuartel de caballería, mientras que el lado Este se destina al taller para la formación práctica, ocupando las salas correspondientes al cuartel de artillería, habitación del guarda y la Capilla. En el lado Norte se sitúan las salas destinadas al funcionamiento habitual de gestión del edificio, situándose la administración en el antiguo almacén de pertrechos, a través de la cual se accede tanto a los dos despachos colocados en la habitación del oficial como a los archivos que ocuparán el polvorín.

El baño esta situado en la habitación para el oficial, en el lado oeste del pasillo de entrada y comunicado con esta. En el baluarte de la esquina Noroeste se ubican el almacén y el cuarto de instalaciones de electricidad, aprovechando los huecos de las chimeneas para las conexiones con la azotea.

El espacio del patio central es aprovechado como vestíbulo. Se cubre por medio de una estructura sustentada por pilares metálicos y separada de los paramentos por un perímetro de vidrio, todo ello orientado a que mantenga la iluminación natural y no se pierda la lectura histórica de esta parte del edificio como espacio abierto. Se aísla del exterior con puertas de vidrio. También tiene como objetivo mejorar la habitabilidad y el confort de los/as usuarios/as ya que la mayoría de las salas tienen el acceso directo desde él, lo que les obligaría a sufrir las condiciones meteorológicas.

La nueva cubierta es opaca para evitar el sobrecalentamiento en los meses calurosos y evitar así el efecto invernadero, aspecto importantísimo en el proyecto, de cara al ahorro energético y la minimización de las instalaciones de climatización. Además, ésta cubierta servirá para, en un futuro, albergar una instalación solar fotovoltaica que regulará el balance de las emisiones de CO2, evitando así la dispersión de la misma por la azotea, dotando así de un mayor orden al conjunto.

En definitiva se trata de introducir un nuevo elemento en el edificio que resuelve tanto la instalación de energía solar como la funcionalidad del programa sin dañar la estructura del mismo. Esta cubierta se plantea como un cajón cerrado, mediante un sistema de cerchas. La forma volumétrica de la estructura de cerchas está achaflanada en todo el perímetro para crear una mejor percepción de la idea de patio desde el interior del mismo. El revestimiento interior de la cubierta es de chapa perforada. Dicha cubierta se sustenta mediante cuatro soportes metálicos.

Se proyecta sobre una cimentación superficial de zapatas aisladas y arriostradas entre sí. El volumen final de la nueva obra queda enrasada con el peto interior del patio y retranqueada con respecto a la estructura existente a través de un ventanal perimetral, manteniendo así el concepto de patio central.

cubiertas

Todo esto en su conjunto, consigue que el proyecto se establezca sin condicionar la estética general del edificio y bajo el criterio de constituir una instalación exenta al mismo y por lo tanto, poco agresiva sobre el edificio, facilitando así un posible futuro retorno a las condiciones de partida.

Presup. Carchuna

Estado inicial Carchuna

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